Esta es la historia de Ben, un niño valiente y travieso. Era alto, delgado y solo pensaba en hacer travesuras. Faltaban un par de días para la noche de Halloween, cuando se le ocurrió en hacer una buena trastada esa noche. Hablo con su hermano, para que le ayudara. Como no, su hermano acepto y así empezó el plan número 12. Esa noche los hermanos, planearon su malvado plan, hasta que pasaron a la acción.
Lo primero, fue utilizar un maniquí. Pensaron en gastar una broma, en la que les atacara el slenderman, pensaron en representarlo con un maniquí y un esmoquin formal. Cuando llego la noche, se empezaron a oír gritos de la casa, todo el pueblo se asususto tanto que decidieron entrar. Al entrar y ver esa solemne figura, con ese esmoquin elegante y con ese rostro pálido, todos se asustaron tanto que se cayeron del susto mientras que salían corriendo de la casa.
De detrás de el maniquí, aparecieron los dos hermanos riéndose a carcajadas mientras lo vecinos enfadados, llamaron a su madre. Cuando la madre llego, los castgo, prohibiéndoles gastar más bromas durante 12 meses.
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